Divendres, 22 d'agost de 2014
Noticias generales
Mercado laboral: más empleo pero menos horas trabajadas
Expansión, 21 de agosto de 2014
El mercado laboral tiene dos caras. Por un lado, la incipiente creación de empleo en el segundo trimestre, con 192.400 trabajadores más que el año anterior. Por otro, que esa cifra se ha conseguido a base de distribuir las horas de trabajo. Es decir, dos ocupados a tiempo parcial que sustituyen a uno a jornada completa, por ejemplo. Y en general ha sido así, dado que los nuevos empleados trabajan muchas horas menos que el resto de los trabajadores.
21.08.2014MADRID Pablo J. Cerezal
El mercado laboral tiene dos caras. Por un lado, la incipiente creación de empleo en el segundo trimestre, con 192.400 trabajadores más que el año anterior. Por otro, que esa cifra se ha conseguido a base de distribuir las horas de trabajo. Es decir, dos ocupados a tiempo parcial que sustituyen a uno a jornada completa, por ejemplo. Y en general ha sido así, dado que los nuevos empleados trabajan muchas horas menos que el resto de los trabajadores.
Así, el grueso de los puestos de trabajo generados se concentra entre quienes trabajan entre 20 y 29 horas a la semana, que suman 415.800 nuevos ocupados. En cambio, se destruye principalmente entre quienes trabajan una jornada completa de 40 horas semanales o más, donde el número de empleos se reduce en 298.700. Dicho de otra forma, hay más ocupados pero trabajan menos tiempo, en conjunto, hasta el punto de que el número de horas trabajadas ha caído en 68,6 millones respecto al mismo periodo de 2013. O, lo que es lo mismo: si se contabilizara el empleo como el equivalente a tiempo completo (esto es, a una jornada de 40 horas), todavía se habrían destruido 131.900 puestos en un año.
Este fenómeno se debe, en parte, a las nuevas modalidades más flexibles que ha impulsado la reforma laboral y, en otro sentido, a que los empresarios todavía no tienen suficiente confianza para incrementar su plantilla de forma definitiva y prefieren fórmulas más flexibles. Dar entrada a empleados a tiempo parcial sirve para cubrir necesidades muy concretas de producción o picos de demanda, sin necesidad de incurrir en un coste muy elevado. Además, estos trabajadores podrían acabar haciendo más horas de las que están estipuladas en su contrato.
Esta germanización del mercado laboral no es nueva, pero se ha disparado recientemente en el último año, hasta el punto de que la jornada laboral media ha caído de 35,6 horas a 34,9 en el último año. Esto es, un 2% menos que en el segundo trimestre del año anterior, por lo que la creación de empleo (1,1%) resulta todavía insuficiente como para compensar la actividad.
Desde 2008, además, el mercado laboral parece prácticamente disociado entre los puestos a tiempo parcial y aquéllos a jornada completa. Así, los puestos de trabajo de 40 horas o más se desploman un 27,3% desde el inicio de la crisis, mientras que los de menos de 30 horas se elevan un 16%. Un crecimiento que se intensifica precisamente entre aquellos trabajadores más precarios, quienes trabajan 9 horas o menos, que aumentan un 32,4%.
Esta pujanza de los miniempleos se ha concentrado entre los jóvenes titulados en Formación Profesional y licenciados universitarios. Casi una quinta parte de los menores de 35 años que han cursado estos estudios se encuentra subempleado. Esto es, que trabaja menos horas de las que querrían o no desempeñan una labor acorde con sus estudios. En concreto, esta cifra asciende al 17,2% de quienes tienen la FP y al 17,6% de quienes han sacado un título universitario.
Y en los últimos años también se han disparado el número de contratos a tiempo parcial, hasta el punto de que en los últimos meses cuatro de cada diez empleos se crean por esta vía. Así, si en 2008 apenas estaban empleados con esta fórmula el 11,8% de los ocupados, ahora este porcentaje asciende al 16,4%. Y se espera que este efecto siga adelante, de acuerdo con Sandalio Gómez, profesor del Iese Business School. Gómez apunta que «en Europa se ha utilizado el contrato a tiempo parcial como una forma para generar empleo y para conciliar trabajo y familia y, como mínimo, tendríamos que alcanzar el 22%, que es la media europea». Con esta referencia, el mercado laboral tendría margen suficiente como para incorporar a 1.250.000 trabajadores a tiempo parcial, sin incrementar el número de empleados a jornada completa, alcanzando los 18.600.000 ocupados, en total.
Sin embargo, la cifra de empleados que trabajan menos de las 40 horas que se marcan para una joranada de referencia es mucho más alto. Actualmente, 6.774.700 trabajadores están empleados por debajo de estas 40 horas a la semana, un 39% del total. Esta cifra supera, incluso, los niveles previos a la crisis.
Finalmente, también se espera que los nuevos contratos supongan una rebaja de sueldo. Un estudio de BBVA señalaba que quienes se incorporan al empleo después de un largo periodo de paro tienen que aceptar salarios un 30% más bajos, debido a su pérdida de capacidades y su bajo poder negociador. Algo que agravaría todavía más la pérdida de horas trabajadas.
El mercado laboral tiene dos caras. Por un lado, la incipiente creación de empleo en el segundo trimestre, con 192.400 trabajadores más que el año anterior. Por otro, que esa cifra se ha conseguido a base de distribuir las horas de trabajo. Es decir, dos ocupados a tiempo parcial que sustituyen a uno a jornada completa, por ejemplo. Y en general ha sido así, dado que los nuevos empleados trabajan muchas horas menos que el resto de los trabajadores.
Así, el grueso de los puestos de trabajo generados se concentra entre quienes trabajan entre 20 y 29 horas a la semana, que suman 415.800 nuevos ocupados. En cambio, se destruye principalmente entre quienes trabajan una jornada completa de 40 horas semanales o más, donde el número de empleos se reduce en 298.700. Dicho de otra forma, hay más ocupados pero trabajan menos tiempo, en conjunto, hasta el punto de que el número de horas trabajadas ha caído en 68,6 millones respecto al mismo periodo de 2013. O, lo que es lo mismo: si se contabilizara el empleo como el equivalente a tiempo completo (esto es, a una jornada de 40 horas), todavía se habrían destruido 131.900 puestos en un año.
Este fenómeno se debe, en parte, a las nuevas modalidades más flexibles que ha impulsado la reforma laboral y, en otro sentido, a que los empresarios todavía no tienen suficiente confianza para incrementar su plantilla de forma definitiva y prefieren fórmulas más flexibles. Dar entrada a empleados a tiempo parcial sirve para cubrir necesidades muy concretas de producción o picos de demanda, sin necesidad de incurrir en un coste muy elevado. Además, estos trabajadores podrían acabar haciendo más horas de las que están estipuladas en su contrato.
Esta germanización del mercado laboral no es nueva, pero se ha disparado recientemente en el último año, hasta el punto de que la jornada laboral media ha caído de 35,6 horas a 34,9 en el último año. Esto es, un 2% menos que en el segundo trimestre del año anterior, por lo que la creación de empleo (1,1%) resulta todavía insuficiente como para compensar la actividad.
Desde 2008, además, el mercado laboral parece prácticamente disociado entre los puestos a tiempo parcial y aquéllos a jornada completa. Así, los puestos de trabajo de 40 horas o más se desploman un 27,3% desde el inicio de la crisis, mientras que los de menos de 30 horas se elevan un 16%. Un crecimiento que se intensifica precisamente entre aquellos trabajadores más precarios, quienes trabajan 9 horas o menos, que aumentan un 32,4%.
Esta pujanza de los miniempleos se ha concentrado entre los jóvenes titulados en Formación Profesional y licenciados universitarios. Casi una quinta parte de los menores de 35 años que han cursado estos estudios se encuentra subempleado. Esto es, que trabaja menos horas de las que querrían o no desempeñan una labor acorde con sus estudios. En concreto, esta cifra asciende al 17,2% de quienes tienen la FP y al 17,6% de quienes han sacado un título universitario.
Y en los últimos años también se han disparado el número de contratos a tiempo parcial, hasta el punto de que en los últimos meses cuatro de cada diez empleos se crean por esta vía. Así, si en 2008 apenas estaban empleados con esta fórmula el 11,8% de los ocupados, ahora este porcentaje asciende al 16,4%. Y se espera que este efecto siga adelante, de acuerdo con Sandalio Gómez, profesor del Iese Business School. Gómez apunta que «en Europa se ha utilizado el contrato a tiempo parcial como una forma para generar empleo y para conciliar trabajo y familia y, como mínimo, tendríamos que alcanzar el 22%, que es la media europea». Con esta referencia, el mercado laboral tendría margen suficiente como para incorporar a 1.250.000 trabajadores a tiempo parcial, sin incrementar el número de empleados a jornada completa, alcanzando los 18.600.000 ocupados, en total.
Sin embargo, la cifra de empleados que trabajan menos de las 40 horas que se marcan para una joranada de referencia es mucho más alto. Actualmente, 6.774.700 trabajadores están empleados por debajo de estas 40 horas a la semana, un 39% del total. Esta cifra supera, incluso, los niveles previos a la crisis.
Finalmente, también se espera que los nuevos contratos supongan una rebaja de sueldo. Un estudio de BBVA señalaba que quienes se incorporan al empleo después de un largo periodo de paro tienen que aceptar salarios un 30% más bajos, debido a su pérdida de capacidades y su bajo poder negociador. Algo que agravaría todavía más la pérdida de horas trabajadas.