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Divendres, 19 de febrer de 2010
Noticias generales

“La profesión y las tareas que se realizan son clave para saber si un trabajador precisa o no una baja médica”

Palma, 19 de febrero de 2010

Los doctores Miguel Lázaro y Antonio Pol disertan sobre la incidencia de las patologías psíquicas y físicas en la incapacidad temporal y permanente
Conocer exactamente qué labor realiza y convencer al juez de la patología que sufre un trabajador son claves a la hora de conceder una incapacidad, sea temporal o permanente, para los doctores Miguel Lázaro y Antonio Pol, que protagonizaron la conferencia La incidencia de las patologías psíquicas y físicas en la incapacidad temporal y permanente. Este evento fue presentado por Lorenzo Amengual, profesor de la Escuela Universitaria de Relaciones Laborales (EURL), graduado social y abogado, y estuvo dirigida a los colegiados y a los alumnos de 2º curso de la EURL.

Empezó la conferencia Antonio Pol, que es especialista en medicina del trabajo y universitario en valoración del daño corporal por la Universitat de les Illes Balears y, entre otros, director médico del servicio de prevención de riesgos laborales de Isleña de Prevención. Este médico realizó una introducción de lo que es la incapacidad. “Lo importante no es la patología, es la repercusión que tiene en el ámbito laboral. Hablamos de una incapacidad cuando no se puede realizar su trabajo habitual. No hablamos de enfermedades”, apuntó. Pol recalcó la importancia de saber claramente qué funciones laborales realiza la persona que solicita la incapacidad. “Es muy importante saber la profesión y tareas que realiza ya que será clave para saber si precisa o no una baja médica. Piensen que en ocasiones una misma patología puede incapacitar a un trabajador y a otro no, por eso de la importancia de saber de qué trabaja el solicitante. No nos vale el grupo de cotización ni su categoría, sino qué labor realiza”, señaló.

Este doctor, que dijo que las bajas laborales no se dan a enfermos, sólo a personas incapacitadas para trabajar, dijo que los casos más frecuentes de incapacidades son: “En baja duración lo relacionado con el aparato respiratorio y el de músculo-esquelético; en duración media sigue estando lo concerniente a los problemas músculo-esqueléticos y a los mentales; y las bajas que más duran son las referentes a la lumbalgia y a la depresión”.

Antonio Pol subrayó que el juez no es un médico. “Hemos de explicarle detalladamente lo que tiene y porqué no puede realizar su trabajo. Es por eso, repito, que es importante saber cuales son sus funciones laborales, además de presentar un completo historial médico”, dijo. Por su parte, Miguel Lázaro, psiquiatra del Hospital de Son Dureta, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y Bioética y coordinador del Centro de Atención Integral de la depresión, fue muy claro en sus explicaciones y lo primero que dijo, además de dar las gracias a los presentes por su asistencia, que los trastornos mentales “no se eligen”.

Lázaro señaló que la gran dificultad que tienen es “cómo llegar al diagnóstico”. “Es clave primeramente saber qué tiene el paciente que le impide ir a trabajar. Y si hablamos de patologías mentales pues es muy difícil presentar al juez unas pruebas concluyentes. En Estados Unidos empiezan a hacer pruebas que determinan cuando una persona está deprimida. Es un gran logro. Lo que hacemos –prosigue- para obtener el diagnóstico es hablar con la familia, con el afectado y sacar conclusiones de lo que nosotros percibimos. Nada más. ¿Se puede fingir? Claro que sí, en media hora escasa. La objetividad es el gran problema que tenemos”.

Luego Miguel Lázaro dio varias cifras de estadísticas para dar a entender lo trascendentes que son las enfermedades mentales en el ámbito de las incapacidades. “La depresión mayor es la quinta causa de incapacidad en el mundo y afecta al 15 por ciento de la población general. En 2020, y según la OMS, los trastornos afectivos ocuparán el segundo lugar en la escala de la discapacidad, después de las enfermedades cardiovasculares. Piensen que el 20 por ciento de las depresiones son crónicas y el riesgo de recaída es muy elevado por lo que es necesario una incapacidad laboral de 3 a 6 meses”, opinó.

Por último, y antes de ir al turno de preguntas, Lázaro dijo: “Si yo tengo depresión mayor endógena es imposible que trabaje. El problema es cómo se lo demuestro al juez. No hay enfermos, sí enfermedades. Piensen que siempre se debe de individualizar y contextualizar. No hay dos pacientes iguales”.