La reforma laboral pretendía agilizar la tramitación de los ERE en favor de la empresa, pero el Gobierno no contaba con que podía generar más inseguridad jurídica y favorecer que los jueces anulen los expedientes, como ha sucedido en la primera sentencia de un ERE posterior a la reforma.
El Congreso aprobó ayer algunos cambios en la reforma laboral y envió el nuevo texto al Senado para su aprobación definitiva. Como novedad se establece que la autoridad laboral administrativa fiscalizará la negociación de los expedientes de regulación de empleo (ERE), también podrá asesorar a una de las partes si lo pide e incluso mediar para lograr que se pacten los despidos. Además, el nuevo contrato con un año de despido gratis desaparecerá cuando el paro baje del 15%.